Esther y María
“La mente es poderosa y cuando le dice a tu cuerpo que tú eres lo primero, empieza el cambio”
Hay historias que merece la pena contar y ésta es una de ellas. Historias reales, cargadas de amor y generosidad… historias con protagonistas que son una auténtica inspiración. He querido escribir este artículo yo misma (Silvia, creadora de Shiori) por la relación que me une a las dos mujeres que la protagonizan y porque he formado parte de la historia de María y Esther.
Esther Feliu
Esther y yo, nos conocimos hace años en Andorra, tenemos la suerte de formar parte de un grupo de amigas en el que vibra una energía muy especial. Un grupo de nacionalidades y culturas diversas que se enriquecen estando juntas con lo mejor de cada una y en el que se crea magia cada vez que nos vemos.
Esther es maestra, ama su trabajo de educadora y cuando habla de él sientes que realmente le apasiona su profesión. Ella es puro nervio, muy creativa y se ilusiona como nadie preparando la decoración de nuestras celebraciones. Esther te puede hacer reír infinito con su forma de contar las cosas y su gracia innata.
Hace un par de años nos dio la noticia de que le habían diagnosticado cáncer de mama. Era un poco la gota que colmaba el vaso, ese vaso que a veces se llena con ese tipo de cosas que a las mujeres nos dejan por los suelos. De esas cosas que compartidas con amigas se llevan mejor pero que se agarran muy profundamente dentro de una y que luego cuesta mucho soltar.
La noticia fue un golpe muy fuerte para todas, ella empezaba una batalla dura y larga y a nosotras sólo nos quedaba acompañarla con todo nuestro cariño.
Esther Feliu. Foto @Celine Pech
Pasaron los meses y Esther nos iba relatando cómo se sentía y cómo evolucionaba. Cada mensaje que nos enviaba era una auténtica lección de fuerza y valentía. Una actitud increíblemente positiva, digna de admiración, que te dejaba con la boca abierta. Llamaba la atención la serenidad que mostraban sus inmensos ojos azules. Y por fin un día llegó el mensaje tan esperado “Estoy curada”, la emoción y alegría que sentimos todas fue algo indescriptible.
María Barcia
Pero volvamos atrás en el tiempo… Madrid, Otoño de 2014. Yo estaba presentando la colección de Otoño-Invierno y entre las miles de personas que pasaron esos días por la semana de la moda, tuvimos la suerte de que María fuese una de las que paró a conocernos.
Según ella, Shiori fue un flechazo, nuestro stand era pequeño pero la verdad es que nuestra esencia lucía mucho y lo hacía destacar. En medio minuto ya habíamos conectado, esa sensación de que por alguna razón teníamos que encontrarnos.
Cuando estás con María, es como que todo se calma, desprende una luz increíble y además de su presencia y estilo (es una mujer bellísima) tiene un corazón enorme.
Y así iniciamos nuestra colaboración profesional que con el tiempo evolucionó a amistad. María es asturiana, vive en Oviedo donde está considerada como una de las mayores influencers de moda. En 2014 tras ser diagnosticada de una enfermedad crónica decide reinverntarse y comienza su andadura en las redes sociales.
Además de su presencia en distintas redes sociales donde acumula más de 300.000 seguidores (Instagram, 21 buttons y facebook), trabaja como asesora de imagen, personal shopper y embajadora de diferentes diseñadores y marcas.
Maria Barcia. Foto @xanafotografía
La verdad es que el vaso de María también se había llenado mucho, demasiado… y en la Primavera de 2019, compartió conmigo la noticia de que le habían diagnosticado cáncer de mama. Aún recuerdo el miedo en su voz y mi piel de gallina…
Mi primer pensamiento fue, ¿Qué puedo hacer en la distancia para ayudarla? Esther había aprendido muchísimo de nutrición y me había hablado varias veces de una receta de un zumo que era una bomba detox.
De alguna forma pensé: ¿Cómo puedo hacerle llegar a María un poco de la fuerza de Esther? en fin… creo que tardé medio minuto en pedir a Esther la receta de ese zumo y al contarle porqué lo hacía (aquí empezó la magia de esta historia), ella me dijo: “No, no te voy a dar la receta para tu amiga; te voy a dar mi libro de Recetas detox para el cáncer que también incluye esa receta. Quiero regalárselo a esa chica para que le sirva igual que me ha servido a mí”.
Al día siguiente me trajo el libro, llamé a un mensajero y en 24h el libro estaba en Oviedo.
Este acto de generosidad por parte de Esther y mis ganas de ayudar a María, de forma inmediata tuvieron efecto: esperanza y fuerza para luchar. Pasó el tiempo y a pesar de la distancia, entre ellas surgió una preciosa amistad; compartían largas llamadas en las que Esther animaba a María y le explicaba cómo había pasado ella la etapa en la que María se encontraba; compartían emociones, sensaciones, miedos y preocupaciones… y así pasó el tiempo y María recibió la esperada noticia “Estás curada”.
El pasado fin de semana María consiguió organizar un fin de semana en Andorra en medio de su agenda llena de proyectos: el cáncer no ha conseguido pararla y diseñadores, prensa y marcas siguen contando con ella para muchos proyectos. No me olvidaré nunca del abrazo que se dieron las dos al conocerse en persona; increíble todo lo que habían compartido por teléfono durante tanto tiempo y ahora estaban aquí las dos juntas.
Algunas semanas antes, Andbank me había encargado el diseño de una pulsera solidaria para el día internacional del cáncer de mama cuya recaudación irá íntegramente destinada a la Fundación Fero.
Mientras trabajaba en el taller en el diseño de la pulsera, no podía quitarme de la cabeza a Esther y María y vino a mi mente la idea de un círculo de mujeres.
Sin darnos cuenta, nosotras habíamos creado un círculo de mujeres con una energía preciosa. Un círculo como el de ese grupo de amigas del que hablaba al principio, mujeres que suman, que se apoyan incondicionalmente.
Escuchando a María y Esther el pasado sábado me di cuenta de que ambas coincidían en que la enfermedad tenía una raíz emocional y en que había sido el resultado de haber llegado a un punto en el que no podían más. En el que se habían olvidado de ellas mismas.
Esther: “somos super exigentes y no hace falta. Bajas un poco el nivel y te das cuenta que llegas. Al querer tenerlo todo controlado, te abandonas. A mi esta enfermedad por mi punto de partida y forma de ser, me ha venido para que cambie, para que me dedique más tiempo a mí y trabaje mi autoestima. Y a partir de ese momento es la enfermedad del buen egoísmo. La Esther de ahora es mucho más tranquila, mi orden de prioridades ha cambiado. Mi prioridad soy yo, porque si yo no estoy bien nadie alrededor funciona. Tengo que anteponerme a todo”.
María: “cuando empiezas a cambiar tu pensamiento, te das cuenta cómo el cuerpo es inteligente y responde. La mente ante un golpe tan grande, reacciona. Yo me he dado cuenta que no doy todo lo que daba y que no pasa nada, la vida sigue adelante. Me he dado cuenta de que quiero, busco y soy más exigente con lo que tengo a mi alrededor; que nada me estrese y además lo evito. Busco estar tranquila”.
Esta pulsera está dedicada a mis dos amigas y lleva en ella su energía, coraje y templanza. A través del cuarzo rosa (piedra del amor) he querido dar forma a esta historia con la ilusión de que esta pulsera nos conecte creando un círculo de mujeres cada vez más grande en el que vibremos en sintonía. Un círculo en el que si es necesario, nos recordemos unas a otras que por encima de todo está el amor a una misma.
2 Comentarios. Dejar nuevo
Un reportaje que vibra de Amor!!!…mi admiración y cariño a las protagonistas de esta historia… Silvia mi agradecimiento por tan bonito gesto y compartirlo….un abrazo amiga ….
Muchísimas gracias! me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo enorme!